viernes, 22 de noviembre de 2013

Inconcluso

No tenés idea de lo que duele extrañarte... Pensé que nada más iba a doler después de lo que pasó, que sinceramente todo pesar iba a escapar sin incertidumbre de mi cuerpo. Que nunca más iba a sentir un dolor cálido y húmedo recorrer mis mejillas. Que nunca iba a desvelarme días y días esperando una respuesta. Que ya no iba a extrañarme o asustarme un dolor en el pecho, nunca a sorprenderme un nudo en la garganta, estrangulando algo tan profundo que pudiera hacerme brotar lágrimas... incluso de ambos ojos. Nada más iba a condensar un sabor amargo, porque simplemente ya había pasado por cada amargura existente. Nada podía debilitarme ni lograr que me arrodille y retuerza de un extraño sin-color, sinsabor que más que grato es desagradable...
Pasó poquísimo, pero para mí ya es un dejo de eternidad. El agua sigue su curso, y forma una extensión de mi brazo... qué digo, de mis pensamientos, o incluso de algo más profundo que es lisa y llanamente inexplicable porque es para mí incomprensible.
Cuando tenga el valor de, valga la redundancia, valerme por mí misma, creo que voy a ser completamente feliz. Me siento más chica de lo que soy, más inmadura de lo que debería, y creo que es porque refugiarme en ello me ayuda a desconocer todo lo demás. Inclusive tu ausencia.

PD.: Me duele la panza.

viernes, 31 de mayo de 2013

No me interesa hablar de cultura general, quiero que me haga bien, nada más...

lunes, 22 de abril de 2013

*Cuando la vida tiene mil colores

Cuando soy capaz de combinar las tonalidades